En el escenario del Colegio Italiano en 1982, dos destinos se entrelazaron sin saber que el hilo del tiempo los volvería a unir. Marco Vinicio, un joven de 1ro. Básico, y ella, en 5to Primaria, vivían sus días en edificios separados, apenas cruzando miradas furtivas.

Años después, el destino tejía su historia cuando Gabriella, ingresó a la

En el escenario del Colegio Italiano en 1982, dos destinos se entrelazaron sin saber que el hilo del tiempo los volvería a unir. Marco Vinicio, un joven de 1ro. Básico, y ella, en 5to Primaria, vivían sus días en edificios separados, apenas cruzando miradas furtivas.

Años después, el destino tejía su historia cuando Gabriella, ingresó a la Secundaria en 1984. A pesar de su flechazo inicial, Marco Vinicio la veía como alguien pequeña. Sin embargo, el destino tenía planes más intrincados; Gabriella ingresó a la banda del colegio donde Marco Vinicio participaba, convirtiéndose en una buena amiga.

El tiempo los distanció, llevándolos por caminos diferentes. Gabriella dejó el colegio en 1987, optando por estudiar secretariado, mientras que Vinicio continuó su trayectoria en la Escuela Politécnica. Diez años después, en 1989, un encuentro casual durante un viacrucis despertó una chispa, pero circunstancias ajenas los mantuvieron separados.

Fue en 1999 cuando el destino, una vez más, los reunió. Actividades compartidas entre amigos y familiares los pusieron en el mismo camino, aunque la vida seguía su curso. No sería hasta 2017 que, viviendo como vecinos sin saberlo, se encontraron nuevamente.

El 2019 marcó un giro significativo cuando, tras algunas salidas y con la bendición de la perspectiva de Julio, hijo de Gabriella, sus corazones comenzaron a latir al unísono. Un encuentro especial en la Casa del Autor avivó las llamas de un amor que había esperado su momento.

En este nuevo capítulo, Marco Vinicio y Gabriella decidieron poner su relación en manos de Dios, guiados por la fe y el deseo de formalizar su compromiso. Un viaje que los ha llevado a considerar el sacramento del matrimonio, cerrando el círculo de una historia que empezó en el Colegio Italiano, en 1982, donde dos almas se cruzaron por primera vez, sin imaginar el camino de amor que les esperaba.

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Agradecemos de antemano su generosidad y esperamos compartir este día tan especial con todos ustedes.